Paulino formó parte del Regimiento de Infantería 12 de Mercedes y combatió en Darwin, donde se libró la batalla más cruenta de la guerra. Allí fue herido en una pierna, y fue testigo directo de la muerte de su compañero y compoblano Carmelo Fernández, caído a pocos metros suyo.


"Pasamos hambre, frío, sufrimos como nunca. Comíamos cada tres días cuando estábamos en la guerra con nuestros jefes ", recordó. “Yo llegué a pesar de 49 kilos”, dijo conmovido, mientras revivía aquel sacrificio que marcó su vida para siempre.


Entre los datos más impactantes de la entrevista, Paulino confesó que durante casi 43 años vivió con la idea de que aún estaba bajo bandera, esperando el llamado para volver a combatir. “Yo sentí que en cualquier momento me iban a volver a llamar, que podía estallar otro conflicto y tenía que volver a las islas”, relató con voz firme, dejando ver la carga emocional con la que convivió durante décadas.


También comentó que, al caer prisioneros, los soldados ingleses los trataron con respeto. “Comíamos mejor con ellos que con nuestros propios jefes en plena guerra”, dijo, sin dejar de remarcar el abandono que muchos soldados sintieron durante y después del conflicto.


Hoy, a más de cuatro décadas de la guerra, Paulino pide memoria y respeto: " No queremos que nos tengan lástima, solo pedimos que nos recuerden. Nosotros quedamos con el alma rota, pero seguimos de pie, con la bandera en alto ".


Su testimonio, profundo y humano, es una voz viva que Santa Rosa no puede ni debe olvidar.